CARACTERÍSTICAS DE LOS ALUMNOS CON ALTAS CAPACIDADES



Las características que definen a los alumnos y alumnas de Altas Capacidades son las siguientes:

- Elevada inteligencia: Si nos referimos a un CI superior a 120, estaríamos ante un grupo de alumnado con necesidades educativas especiales, suponen un 10% de la población en edad escolar. Si nos referimos a un CI por encima de 130 estamos definiendo al alumnado superdotado y suponen un 2% de la población escolar.

- Alta capacidad de innovación y creatividad


- Alta motivación o implicación en aquellas tareas que interesan al alumno


- Capacidad de aprender rápido y de manera autónoma

- Mayor almacenaje de información

- Buena memoria

- Atención prolongada ante temas de interés, lo que conlleva abstracción de la realidad cuando el tema no le interesa

-Capacidad de generalizar los aprendizajes

- Mayor productividad que sus iguales

- Estado de alerta inusual desde la infancia

- Comprensión avanzada de ideas abstractas

- Pensamiento abstracto y complejo, lógico e intuitivo

- Amplio vocabulario y estructuras gramaticales complejas

- Les gusta resolver problemas con números y acertijos

- Gran curiosidad, les gusta investigar

- Rechazo del aprendizaje mecánico y repetitivo

- Gran interés por experimentar y hacer cosa diferentes

- Amplia gama de intereses

- Buenas habilidades sociales. Les gusta ser líderes

- Gran empatía

- Inusual sentido del humor

- Gran sentido de la justicia


AACC vs ALTO RENDIMIENTO

Las Altas Capacidades Intelectuales NO son sinónimo intercambiable de Alto Rendimiento Académico.

No debemos confundir un potencial con una actualización, una capacidad con una habilidad.

Uno de los principales problemas de las nominaciones del profesorado se encuentra en el hecho de que tienden a identificar más a los alumnos que presentan elevados niveles en aptitudes cognitivas, sobrevalorando el saber memorístico y reproductivo.

Se trata de un sesgo académico que enmascara las respuestas del profesor siguiendo criterios de rendimiento escolar. En general, suelen prestar menos atención a aquellos que muestran otras características, también propias de los alumnos con AACC, como por ejemplo la creatividad, la resistencia a la autoridad, el aburrimiento ante tareas rutinarias, etc.

Esto se observa, sobre todo,en poblaciones marginales o en niños inadaptados y con problemas conductuales. Y es evidente que tenemos un porcentaje de alumNos con AACC y fracaso escolar.

Cuando aplicamos un programa de detección global o proactiva (a todo el alumnado de una misma edad) podemos cometer dos tipos de errores:

1.- Si un estudiante no posee capacidades especiales, pero es confundido e identificado como de AACC, entonces el resultado es denominado un falso positivo.

Respecto de los falsos positivos, pueden encontrarse casos en que, a su alrededor, se generan una serie de cambios y expectativas, tanto en la escuela como en la familia, a los cuales esta persona no podrá responder de forma adecuada. De este modo, un falso positivo puede vivir la situación de forma estresante y sentir cómo su autoestima se resiente al no poder conseguir aquello de lo que se supone que es capaz.

En este sentido, muchos profesionales son partidarios de solo dar un diagnóstico de AACC cuando el caso está claro y confirmado de manera absoluta, porque tienen miedo de que alrededor de estos estudiantes se creen expectativas y presiones que quizás no puedan cumplir y excluyen de este modo a muchos de los alumnos que, seguramente, podrían también aprovechar los recursos que les ofrecería una educación más adaptada a sus características.

2.- Y, por otro lado, si la evaluación no es capaz de identificar un estudiante con AACC, entonces el resultado es un falso negativo.

Un falso negativo, tan frecuente hoy en día, es un alumno que, a pesar de sus capacidades y características excepcionales, no es seleccionado para participar en algún programa de enriquecimiento o flexibilización del currículo, por lo que se desaprovechan de este modo las oportunidades que se podrían derivar de los mismos. Es decir, hablamos de personas que a pesar de sus AACC no han sido identificadas por las causas más variadas, por ejemplo, porque su comportamiento no se ajusta a lo que se prevé o porque la falta de formación en este tema de su profesor le impide reconocerlo. Estos alumnos pueden recibir tanto una respuesta educativa poco adecuada como una valoración totalmente desajustada, que atribuya a variables actitudinales o motivacionales lo que no es más que una consecuencia del funcionamiento mental del alumno o alumna.

Hoy en día se continúa confundiendo un potencial con una actualización, y la capacidad para gestionar contenidos con la capacidad para almacenar y exponerlos de un modo determinado que produzca rendimientos esperados.

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